Una pizza que cubre un hangar
En 2012, un equipo de chefs italianos en Roma logró hornear la pizza más grande del mundo. ¿La medida? 1.261 metros cuadrados, lo suficiente para alimentar a todo un estadio. La llamaron “Ottavia” en honor al primer emperador romano, y su creación requirió toneladas de ingredientes:
- 9 toneladas de harina
- 4 toneladas de queso
- 3 toneladas de salsa de tomate
Lo más impresionante es que era completamente sin gluten para ser accesible a más personas. Después de establecer el récord, la pizza fue cortada y donada a organizaciones benéficas.
El mayor comedor de hamburguesas
Takeru Kobayashi, originario de Japón, cambió para siempre el mundo de las competencias de comida. A pesar de su complexión delgada, Kobayashi logró comerse más de 100 hamburguesas en menos de 10 minutos, venciendo a competidores que le doblaban en peso.
Su técnica es famosa: separa el pan de la carne y los sumerge en agua para facilitar la digestión. Su hazaña no solo rompió récords, sino que redefinió los límites de la capacidad humana para comer.
La persona que comió más chiles picantes
El tailandés Kritsada Ratphol tiene un talento explosivo: puede comer chiles extremadamente picantes como si fueran dulces. En una competencia en Bangkok, comió 247 chiles Bhut Jolokia (uno de los más picantes del mundo) en solo 2 minutos.
La intensidad de esta variedad alcanza más de 1 millón de unidades Scoville, el índice que mide el picante. Lo increíble es que no mostró signos de incomodidad… ni una lágrima.
El helado más grande jamás servido
En 2015, en Canadá, un grupo de heladeros creó una copa de helado de más de 24 toneladas. Esta monstruosidad fue servida en un evento comunitario y contenía varios sabores clásicos: vainilla, fresa, chocolate, y hasta sirope de arce.
Transportarlo fue un reto logístico: necesitaron grúas, refrigeradores industriales y mucho control sanitario. ¿Lo mejor? Todos los visitantes pudieron probarlo.
La mayor cantidad de hot dogs en 10 minutos
Joey Chestnut, una leyenda en Estados Unidos, tiene el récord de más hot dogs comidos en tiempo récord: 76 unidades en 10 minutos. Lo hizo durante la famosa competencia de Nathan’s Hot Dog en Coney Island.
Joey entrena su estómago expandiéndolo con agua y ejerciendo presión física. Además, mantiene una dieta controlada el resto del año para equilibrar su salud. Su récord sigue sin ser superado desde 2021.
La galleta más grande del mundo
En 2003, en Carolina del Norte (EE.UU.), se horneó la galleta más grande del planeta, con un diámetro de más de 30 metros y un peso de 18 toneladas. Estaba hecha de chispas de chocolate y se distribuyó entre los asistentes del evento.
Lo curioso es que la galleta fue tan pesada que necesitó ser cortada con herramientas industriales. Algunos incluso se la llevaron en pedazos como recuerdo.
La persona que más limones exprimió
En 2011, el pakistaní Muhammad Rashid exprimió 25 limones en menos de un minuto… ¡con la cabeza! Usó su frente para aplastar los limones contra una superficie metálica y extraer todo su jugo.
Este récord no solo fue divertido de ver, sino que también se convirtió en uno de los más virales de YouTube ese año.
El hombre que más agua bebió en un minuto
Aunque no es muy recomendado para la salud, el récord lo ostenta Byron Tate, quien bebió 4.5 litros de agua en 60 segundos. Su técnica es similar a la de los profesionales: garganta relajada y respiración controlada.
Después del récord, fue examinado por médicos, quienes confirmaron que no sufrió daños físicos. Aun así, este tipo de récords suelen estar restringidos por Guinness por motivos de seguridad.
Entre lo impresionante y lo peligroso
Muchos de estos récords de comida pueden parecer cómicos o absurdos, pero detrás hay técnica, entrenamiento y resistencia física real. La línea entre lo entretenido y lo arriesgado es muy delgada.
Los Guinness han impuesto regulaciones estrictas para evitar consecuencias graves en competencias alimenticias, y cada intento requiere supervisión médica.
¿Te atreverías a intentarlo?
Probablemente no comerás 70 hot dogs en un parque, pero estos récords nos muestran que incluso en algo tan cotidiano como la comida, el ser humano siempre busca ir más allá.